El gran debate económico que marcó y dividió el mundo
Como se ha mencionado, los síntomas de la Gran Recesión se comenzaron a palpar en el 2008, y algunas de las causas más inminentes de la crisis fueron:
- Explosión de la burbuja inmobiliaria: (“subprime”)
La burbuja inmobiliaria hace referencia a aquel suceso en el que se puede apreciar un notable incremento de los precios de los bienes inmuebles (las viviendas).
El alza de los precios se vio favorecido por la especulación y la financiación a tipos de interés bajo, es decir, el costo de los créditos (precio del dinero) es reducido, y ello, asimismo, facilitó una gran estimulación de la demanda, provocando que las familias se endeuden excesivamente y no sean capaces de asumir y hacer frente a las deudas contraídas. Se concedieron créditos a clientes que no cumplían la cláusula común para acceder a la financiación de la vivienda, y ello contribuyó a la bancarrota y el crac de las bolsas.
- Déficit presupuestario:
Un déficit presupuestario implica que los gastos estatales son superiores a los ingresos,. Debido al reducido nivel de empleo, los ingresos del Gobierno en forma de impuestos son escasos, y por tanto, el saldo presupuestario es negativo, lo que conlleva a la emisión de deuda pública (instrumento de financiación de los Estados)
*Deuda pública: emisiones de activos financieros que otorgan a los titulares que la adquieren el derecho a recibir unos intereses.- Gran tasa de inflación:
Una gran tasa de inflación implica una pérdida del poder adquisitivo y una mayor número de costes debido a la depreciación de la moneda; el encarecimiento de los precios se vio impulsado principalmente por el precio del petróleo (crisis de 1973 del petróleo) puesto que España era un país dependiente de importador de petróleo.
- Bancarrota:
La quiebra de Lehman Brothers en Estados Unidos tuvo grandes e importantes repercusiones en las economías europeas (entre ellas, España), afectando gravemente al empleo y a la capacidad productiva del país.
Ante este colapso financiero, cuestiones como: ¿qué se debe hacer para evitar crisis tan devastadoras?, o ¿cómo se puede paliar este problema? vuelven a surgir, y las respuestas ante este cuestión las ofrecen dos políticos: José Luis Rodríguez Zapatero (perteneciente al PSOE) y Mariano Rajoy (perteneciente al PP).
La presidencia de Zapatero comprende los años que van desde 2004 a 2011. En este último año el resultado electoral favoreció al Partido Popular (PP), castigando al PSOE por su mala y pobre gestión durante y frente a la crisis: los ciudadanos no consideraron efectivas las medidas aplicadas por Zapatero desde 2008, por ello, su opositor, Mariano Rajoy, cogió el relevo.
A continuación, se van a explicar más detenidamente las medidas y objetivos de cada Gobierno para comparar y examinar que gestión fue la más apropiada:
Comenzando con Zapatero, su interés principal a c/p era combatir el incipiente desempleo que generó la crisis para llegar a un punto de “pleno empleo”; en este aspecto, podemos observar que hay un gran contraste entre las ideas de Zapatero y Keynes, pues su mayor preocupación también era la tasa de paro.
Ambos centraban todos sus esfuerzos en reducir y contener al máximo dicha cifra, y para conseguirlo, el uno y el otro inyectaron en la economía grandes cantidades de dinero para programas de obras públicas en un intento de paliar el progresivo paro (el principal foco de acción era el sector de la construcción) y reactivar la economía a través de un estímulo de la demanda (ejemplo: medidas aplicadas por Keynes en el siglo XX tras el crac del 29).
Además, el plan de Zapatero también integraba medidas de ayudas económicas a las pymes y a los bancos para evitar la bancarrota. Este conjunto de medidas económicas se recogen bajo el nombre de Plan E (Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo) o Plan Zapatero; es un ejemplo evidente de las políticas Keynesianas, pues el principal objetivo era aplicar políticas de estímulos con el fin de relanzar la economía.
Algunas de las consecuencias más inminentes fueron: un incremento del déficit público, un descenso del desempleo, y el “despilfarro” del dinero
Tras el fracaso de este plan impulsado por Zapatero, en 2012 se convocaron nuevamente elecciones donde salió victorioso Mariano Rajoy.
A diferencia de Zapatero, Rajoy focalizaba sus medidas al l/p: buscaba la estabilidad presupuestaria y el crecimiento económico, además de sanear y reestructurar el sector financiero. Sus medidas de choque, en este caso, fueron: recortar el gasto, minimizar el sector público (reforma administrativa) y aumentar y promover el ahorro, y como se puede observar con claridad, las medidas del PP se adhieren a las políticas neoliberales de Hayek y la Escuela Austriaca.
Asimismo, también buscaba frenar el desempleo, crear puestos de trabajo que apuesten por una mayor estabilidad (reforma laboral), y reducir el déficit (“Ley de Estabilidad Presupuestaria”), entre otros.
Todas estas medidas económicas se identifican en mayor medida con el libre mercado y los postulados que defendía Hayek, que buscaba minimizar la intervención estatal dejando que las fuerzas del mercado se autorregulen, e interviniendo a través de los impuestos (ejemplo: Rajoy modifica el impuesto del IVA).
Nuevamente, tras décadas desde 1929, vuelve a cobrar vida el debate entre estas dos posturas económicas, y la cuestión es, ¿cuál se adapta mejor a la crisis? ¿Las políticas neoliberales de Hayek? O, por el contrario, ¿las de Keynes?.
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